He tenido a lo largo de estos años la oportunidad de tener alumnos nativos ingleses en mis clases de inglés de bachillerato. Ha sido una experiencia magnífica: normalmente son participativos, contribuyen positivamente al ritmo de la clase y, a veces, hasta terminan aprendiendo algo de su propia Lengua de un profesor no nativo; al fin y al cabo, son adolescentes, y ningún adolescente ha alcanzado un dominio tal de su primera lengua que no pueda expandirlo un poco, aunque sea aprendiendo de un español. Pero en general, todos se sentían muy cómodos, y el nivel de la clase no les resultaba en absoluto difícil. Si aceptamos que un adolescente puede estar a gusto en una asignatura que trabaja su lengua nativa, ¿por qué nuestro alumnos -muchos nativos españoles- tienen tantas dificultades con la asignatura que enseña su propio idioma? ¿Por qué Lengua Castellana les cuesta tanto a nuestros escolares?
La enseñanza de lengua inglesa, y en general de lenguas extranjeras,  tiene un enfoque eminentemente comunicativo: en nuestras clases oímos, hablamos, leemos y escribimos. Los ejercicios de gramática son un refuerzo de las destrezas comunicativas. Cuando diseño un ejercicio o un examen siempre hay alguna destreza a evaluar o desarrollar. Esto no ocurre en lengua castellana, donde el enfoque es compartimentado y teórico. A este respecto es muy clarificador ver que nuestros alumnos, cuando hablan de las diferentes subjects en inglés, se refieren a ellas como English, German, o French, pero no en el caso de Spanish: a esta asignatura la llaman Language. No es su idioma, es algo desconectado de él.
Muchos de mis compañeros que imparten Lengua Española se sienten agobiados. Tienen una asignatura con una cantidad de materia difícil de manejar, fruto de unos planes de estudio sin pies ni cabeza, que repite contenidos ad nauseam. Les obligan a dar Literatura de una forma poco atractiva, que la reduce a una catálogo de autores y obras. Y tanto árbol lingüístico, morfológico y sintáctico no les deja ver el bosque, que es el español. Por eso creo que los planes de estudio nos les van a dejar aprender esta lección de los profesores de segundo idioma. Y es que nosotros sabemos que la lengua es un instrumento para comunicarse, no un objeto de estudio al microscopio.
Lo paradójico es que los exámenes de español para extranjeros del Instituto Cervantes (DELE) sí responden a este enfoque orientado a la comunicación. Cualquier profesor de lengua interesado en este enfoque puede descargarse estas pruebas e introducirlas en su trabajo de aula. Pero van tan justos de tiempo que les resulta imposible atender a este aspecto ¿Cómo es posible que en la enseñanza curricular se obvie el uso práctico de la lengua, cuando es evidente que es una carencia de los alumnos que abandonan la formación no universitaria? ¿Hasta cuando nos seguiremos obsesionando con la taxonomía y la catalogación lingüística? Hay mucho que los profesores de español pueden aprender de los de inglés, o alemán; lástima que no les vayan a dejar hacerlo.

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